Otras en Vía Ferrata Cala del Molí:
[Abril 2017]
Después de un día de turismo en la Fira Medieval de Hostalrich, hacemos noche en Sant Feliu de Guíxols para hacer, a primera hora de la mañana siguiente, la Vía Ferrata Cala del Molí K3, equipada por Albert Gironès.
Es la segunda vez que hago este recorrido equipado, la última vez en Julio de 2015, para en esta ocasión introducir a Soraya en este particular recorrido ferratero sobre las aguas cristalinas de la Costa Brava.
[Nos da la bienvenida el equipo local, las gaviotas]
[Amanece en el Puerto de Sant Feliu de Guíxols]
A primera hora, con las primeras luces, vamos a buscar la Vía Ferrata. Se llega des del Puerto de Sant Feliu de Guíxols siguiendo las escaleras que suben a la izquierda del mismo y las indicaciones, sin pérdida.
[Aproximación y inicio de la Vía Ferrata. Carteles indicativos]
Como es un recorrido muy concurrido no perdemos el tiempo, nos equipamos y entramos. Descendemos la barranquera ya equipada con cable de vida y llegamos a pocos metros del nivel del mar, donde empiezan las grapas.
[Empezamos]
[Descendemos a las primeras grapas]
El primer tramo, a pocos metros sobre el mar arrancan las primeras grapas. Como casi todo el recorrido, se trata de flanqueo constante que va rodeando las diversas rocas que afloran sobre el agua.
[Cala del Molí, por donde progresa la Vía Ferrata]
[Entramos en el primer tramo]
[Grapas del primer tramo]
[Rodeando las rocas sobre el Mar Mediterráneo, en todo su esplendor]
Progresamos por las grapas, superamos dos pequeños puentes, el primero sobre tabla y a continuación uno tibetano, y volvemos rodeando las rocas en busca del puente tibetano de unos 20m, que viene a dividir el primer del segundo tramo.
[Rodeando en busca del puente tibetano]
El primer tramo de la vía ferrata no ofrece complicaciones, ronda el K2. Se llega con facilidad a la escapatoria entre el primer y segundo tramo en el que quien no se vea para continuar puede salir.
[Frente a nosotros el segundo tramo]
[Cruzamos el puente tibetano y nos situamos en el peñón de enfrente]
El segundo tramo, sin resultar difícil, progresa por una travesía en diagonal algo sostenida. Justo antes se prevé una escapatoria. Siguiendo el recorrido, con pasos ya de K3, se combinan grapas, cadenas y algún que otro paso de agarren en roca. Muy bonito, cabe reconocer.
[Justo entre el primer tramo y el segundo]
[Se empieza a masificar la ferrata. Menos mal que hemos madrugado]
Se continúa por la diagonal, ganando algo de altura, para voltear el peñón una vez llegado a su punta y seguir resiguiendo la cala con el flanqueo constante a derecha. El entorno, el punto más pintoresco de esta vía ferrata, no deja de sorprender cuantas veces se repita este recorrido, y es que la combinación de actividad de montaña sobre el mar no deja de tener su encanto y la hace única en su especie.
[Acabada la diagonal, volteamos en la punta y seguimos]
Seguimos por grapas hasta un segundo puente tibetano y tras otro volteo horizontal por las rocas de la cala, se encara en dirección a la salida, en lo alto de nuevo y justo des de donde habíamos iniciado.
[Travesía horizontal a buscar la salida, poniendo fin al recorrido]
En la salida, no deja de sorprenderme la cantidad de gente que se aglomera en el cable de vida de la Cala del Molí. Menos mal que lo habíamos previsto y por ello madrugado. Da que pensar sobre el aguante de las instalaciones ante tanto uso y desgaste en estos recorridos tan concurridos.
[Masificación en la Cala del Molí]
[Huimos de la masificación que ya reina a media mañana. Contentos por la parte que nos toca]
Como es temprano, aunque venimos de ayer hacer Turismo en la Fira Medieval de Hostalrich, no dejamos escapar la ocasión de visitar un sector de escalada vecino y Escalar en Solius, donde dedicamos lo que queda de día a escalar en adherencia en su particular granito.
[Igual que nos han dado la bienvenida nos despiden. Hasta la próxima!]
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