[Noviembre 2016]
Visitamos Marruecos en el año 2016 por primera vez.
Día 1. Aproximación al Refugio Neltner. Tras el vuelo de Barcelona a Marrakech, tomamos en el aeropuerto directamente un taxi al Atlas. En concreto llegamos por carretera hasta el pequeño pueblo de Imlil, en una hora aproximadamente, desde donde empieza la ruta de aproximación hasta el refugio.
A eso de las 12h empezamos a andar. Completamos esta primera ruta nada despreciable de 12kms y más de 1500m de desnivel positivo, para llegar al llano de los refugios situados sobre la cota 3207m de altitud.
Puedes leer la publicación completa de la jornada que realizamos en su día siguiendo este enlace: Aproximación al Refugio Neltner.
Día 2. Intento al Jbel Toubkal hasta 3950m. Madrugón y primer intento a nuestra cumbre objetivo. Una meteo terrible de nieve y ventisca nos obliga a dar la vuelta a todo el grupo y volver al refugio tras un gran esfuerzo. Normalmente esta montaña es más amable, pero dicen los locales que se ha adelantado el invierno. Es lo que hay. Algunos lo volvemos a intentar al día siguiente.
Puedes leer la publicación completa de la jornada que realizamos en su día siguiendo este enlace: Intento al Jbel Toubkal hasta 3950m.
Día 3. Ascensión a la cumbre del Jbel Toubkal 4167m. Madrugamos de nuevo y con la motivación a tope vamos a por la cumbre. La nevada del día anterior presenta unas condiciones delicadas, con alto riesgo de aludes y un paquetón de nieve en altura importante. Aún y así, algunos conseguimos hacer cumbre. Muy peleada y con una carga emotiva muy alta: Mi primera cumbre de cuatromil metros.
Puedes leer la publicación completa de la jornada que realizamos en su día siguiendo este enlace: Ascensión a la cumbre del Jbel Toubkal 4167m.
Una vez en el refugio, comemos y por la tarde desandamos la bonita ruta de la aproximación ahora bajando del refugio a Imlil. Tomamos un taxi y volvemos a Marrakech.
Máximo contraste el de los ritmos de la alta montaña y la vorágine del centro de una gran ciudad como es Marrakech. Tratando de llegar al hostal en el centro, finalmente lo conseguimos y nos acoge una agradable casa tipo Riad, el Equity Point situado en la Medina.
Día 4. Visitamos la ciudad de Marrakech. Hoy aún disfrutamos de la compañía del grupo de paisanos, un gran grupo de riojanos, que nos hemos juntado por mera coincidencia en la actividad de montaña de la que venimos. Buena gente y buenas vibras con quienes compartimos el conocer estos bonitos rincones del mundo. Desayunamos un almuerzo bereber con un buen té de menta y en marcha.
Hoy dedicamos el día a ver el centro histórico de Marrakech. Vivir la Plaza Jemaa el-Fna, el gigantesco mercado de todo tipo que se construye en ella cada día por la mañana hasta altas horas de la noche. El laberinto de las calles del Zoco y sus gremios. Entramos a La Madrasa Ben Youssef, edificio escuela de cultura islámica de impresionante ejemplo del arte arquitectónico y artesano en madera, azulejo y yeso. Y por la tarde comemos un menú local a base de cuscús y tajín de pollo, nos acercamos a ver de cerca la Mezquita Kutubia. Y nos aventuramos a conocer el gremio de las pieles de Marrakech.
Día 5. Visitamos Essaouira. Contratamos un taxi bereber que nos guiará ya todo el día, muy majo. A nuestra petición, de camino nos propone una de las cooperativas de argán, donde producen aceites, comida y cosméticos de este fruto seco tan preciado. Por el camino nos sorprenden un buen grupo de cabras subidas a los árboles.
Y a media mañana nos vemos en la preciosa ciudad de Essaouira. Ciudad portuaria donde destaca el color blanco y azul. Visitamos el puerto y el curioso puesto de venta de pescado directo del barco al cliente. Muy espartano todo. Y visitamos el centro histórico, con su mercado y abundante arte local. Como anéctoda, uno del grupo pregunta amablemente a una señora donde nos recomienda comer y su respuesta es que en su propia casa. Habíamos oído hablar de la hospitalidad, pero no la habíamos experimentado de este modo. Nos dejamos llevar y tras negociar el precio nos ofrece una típica muestra gastronómica de comida típica para nuestro deleite, a base de cuscús, tajín de varios tipos, de kefta, de verduras y de cordero. De postre un buen surtido de dulces marroquíes. Un placer.
Vemos atardecer sobre el Océano Atlántico y ponemos vuelta a Marrakech. Donde en la bonita terraza del Riad nos tomamos un buen té de menta compartiendo puntos de vista de todo lo vivido estos días.
Día 6. Terminar de ver Marrakech y vuelo de vuelta. No perdemos la ocasión por la mañana de darle una vuelta más a la ciudad de Marrakech. Un par de souvenirs por el Zoco. Agradable encuentros con los mercaderes. Algunas fotos para el recuerdo.
Y sin más tiempo. Mochila en mano y al aeropuerto para tomar el vuelo de vuelta. Marruecos es un país al que cada vez que lo visitas sucede algo distinto. Muy diferente. Con mucha magia y exotismo que encontramos a una distancia relativamente cerca nuestro. Sin dejar de ser la "Europa de África", no deja de recordarte constantemente que allí no estás en Occidente. Lo que fue una experiencia nueva para mi. Una de las muchas primeras veces que me llevé de este viaje tan especial. Un placer siempre. ¡Hasta la próxima!
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