[Octubre 2013]
El mes de septiembre ha sido poco activo y, a ser sinceros octubre no empezó mucho mejor. De todos modos, encontramos de vez en cuando un hueco para aprovechar el día del disfrute en la montaña, donde evadirnos de todas esas cosas que nos aceleran día tras día en ese torbellino hacia ninguna parte que es la rutina. Esta vez hemos escogido la Roca Foradada de la montaña de Montserrat. Una ruta sencilla, agradable y agradecida, podríamos decir que es "un paseo".
El mes de septiembre ha sido poco activo y, a ser sinceros octubre no empezó mucho mejor. De todos modos, encontramos de vez en cuando un hueco para aprovechar el día del disfrute en la montaña, donde evadirnos de todas esas cosas que nos aceleran día tras día en ese torbellino hacia ninguna parte que es la rutina. Esta vez hemos escogido la Roca Foradada de la montaña de Montserrat. Una ruta sencilla, agradable y agradecida, podríamos decir que es "un paseo".
Para quienes no la conozcan, la Roca Foradada es un elemento físico que nos regala la roca montserratina en la cara sur del macizo, a 899m de altitud. Un puente de roca muy conocido por su vistosidad y su "agujero", fácilmente distinguible siempre que se anda por la zona. A tocar de este símbolo de la cara sur de Montserrat, tenemos también La Cadireta, una roca que cuelga orientada al sur desafiando a la física y a quienes pasan por debajo, si se sigue el GR-172, camino por donde transcurrirá nuestra ruta.
La ruta parte de el Coll de Can Maçana, que es un puerto en la carretera que sube des de el municipio de El Bruc, desde donde se suele acceder a Montserrat por su cara Oeste.
La ruta parte de el Coll de Can Maçana, que es un puerto en la carretera que sube des de el municipio de El Bruc, desde donde se suele acceder a Montserrat por su cara Oeste.
[Vista de la Roca Foradada des del Oeste por el GR-172. A su izquierda podemos ver la roca que cuelga conocida como La Cadireta]
Salimos por la mañana, hay niebla, pero tiene pinta de estarse levantando. Dejamos el vehículo en el aparcamiento que hay en Can Maçana, de donde partimos. Aproximadamente se tarda menos de una hora en llegar al cruce con el sendero que sube a la Roca Foradada, donde nos separaremos del GR. Hasta ese cruce, el sendero es casi pista, no hay posibilidad de pérdida siguiendo las indicaciones constantes hacia el Refugi Vicenç Barbé.
[¡Si no levanta la niebla, levanta el ánimo!]
[Al fondo, entre las nubes bajas y la niebla, aparece nuestro objetivo como una visión]
[El camino, precioso, sacando los colores del otoño]
El camino al principio es un poco inclinado, al poco se nivela y se convierte en un llanear que hace las veces de mirador al norte de Cataluña. Tal como vamos avanzando, vemos más cerca la Roca Foradada y cuando la tengamos prácticamente encima hay que estar atentos a un sendero que sube pocos metros antes de pasar por debajo. Subiremos por este camino para llegar al agujero, ahora ya muy cerca, vigilando los resbalones por el terreno gastado y descompuesto.
[El cruce del sendero que sube, saliendo del GR]
La subida es el tramo final para llegar al agujero. Empieza serpenteando entre vegetación y se va empinando a medida que el terreno se hace más resbaladizo. Hay que ir atentos a los resbalones y ayudarse de las ramas en más de una ocasión. La vegetación se va abriendo y, tras un par de pasos al aire unos últimos peldaños nos dejan en la misma hendidura de la Roca Foradada.
[Los pasos del último tramo]
Una vez te sitúas en ese hueco que has visto tantas veces en el perfil de la cara sur de Montserrat te das cuenta que las dimensiones engañan. No sabes si es grande o pequeño. El vacío a ambos lados cohíbe, le da un encanto a este peculiar lugar, colgado, con su puente de roca en forma de arco, obra maestra construida sin la influencia del hombre.
Nos hacemos algunas fotos y nos regalamos la tranquilidad del lugar un buen rato.
[Roca Foradada, 899m. Montserrat]
[Muy buenas sensaciones des de arriba]
El descenso lo realizamos por el mismo camino por el que hemos subido, de nuevo hasta Can Maçana. Esta ruta es muy fácil y, con cuidado en el tramo final, es apta para cualquiera que quiera "salir" un poco de los caminos principales en busca de rincones particulares.
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